Tampoco nada

Jueves 21 de mayo

No se si se puede hacer menos en un día. Desde la mañana mis actividades se limitaron a lo mínimo, bajar un podcast y nada más. En la oficina, por primera vez en mucho tiempo, procrastiné algunas cosas solo para poder tener más tiempo para este juego. Es un jueguito extremadamente adictivo el cual tiene una habilidad especial para hacer sentir que no pasa el tiempo. El objetivo es apoderarse de las otras células, invadiéndolas y reproduciéndose en ellas para tener más material para invasión. Cada color tiene diferencia en velocidad, fuerza y agilidad lo que hace que vuelvas una y otra vez después de haber ganado el juego con un color. Primero gané con el naranja, luego con el negro, blanco y azul. Me faltan 4 colores pero esos ya tendrían que esperar.

Bueno, tampoco es que hice nada de nada, si trabajé en unas imágenes para un comercial, pero en el fondo de mi corazón se que pude hacer más, tal vez hasta terminarlo, pero no lo hice. Al volver a casa, descubrí que no había nadie y rápidamente reconecté mi Xbox y en un ataque de valentía puse la canción Freebird en dificultad Hard. He hablado de esta canción antes y llega un momento en que es realmente imposible tocarla. Convencido de mis habilidades, empecé a tocar con ganas y sin equivocarme pero en la hora de la verdad, cuando empieza el solo, observaba sorprendido como mis dedos se cruzaban y poco a poco la aguja dejaba de marcar good para acercarse al ok y finalmente al bad, con toda la pantalla en rojo como si de una emergencia se tratase. “Song failed” apareció en la mitad y avergonzado, puse algo más sencillo.

En ese momento me llamó Daniela a decirme que Daniel no quería volver a casa, que rogaba por quedarse esa noche con mis suegros y bueno, a mi tampoco es que me hacía daño por lo que comuniqué mi opinión. Media hora después Daniela estuvo en casa y una noche libre se nos presentaba. Ambos estábamos algo desganados y después de mucho deliberar decidimos salir a pasear por urdesa. Fuimos a “el arabito” y disfrutamos de unos shawarmas mientras le explicaba a Daniela las bases del método científico. Al salir pasamos por una tienda de dvd’s que estaba cerca y escogimos Monty Python and the Holy Grail y otra en la que sale Woody Allen y Bette Midler, no recuerdo el nombre.

Al llegar a casa, pusimos Monty Python y aunque fue divertida, era claramente una crítica a la monarquía británica, algo que, con el sueño que el parecer ambos teníamos, no fue lo que más levantó nuestro animo. Nos quedamos dormidos a la hora de la película pero no la culpo, es realmente divertida y de seguro la terminaremos otro día.

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