Politiquero latente

Domingo 26 de abril

El día de votaciones está aquí, al fin se acabaría la tontería de campaña política. Es horrible la existencia de tal abominación simplemente porque hace efecto solo en cierta parte de la población pero para aquellos con criterio, la campaña política en general, sin importar el candidato, no tiene el menor efecto. Hay que explicar con sentido las cosas no gritar pendejadas en la tele, es completamente inútil. Es tan inútil que cuando se está frente a alguien que haya sido afectado alguna vez en su vida por alguna propaganda política nos sorprendemos y luego nos reímos y luego nos tratamos de aguantar la risa para no ofender, pero no podemos.

Pero de niño no cuenta, ahí te ganan con el jingle.

Salí temprano de casa, primero al Colegio Javier donde por primera vez voté. Fue maravilloso porque no hubo tráfico, aglomeraciones y hasta me pude parquear dentro del lugar. Caminé prácticamente nada en comparación a otros años y en 10 minutos estuve fuera. De alcalde de Guayaquil escogí a Nebot por el resto voté por todos los menos opcionados en las diferentes dignidades y entre los asambleístas escogí aquellos que al ser rayados formaron en toda la papeleta la letra A. Me tomo estas cosas muy en serio.

Pasé por la gasolinera y descubro la terrible situación económica en la que me encuentro. No tengo dinero porque las cuentas están vacías. Deprimido, fui donde Azael y Wendy, a dar otro paseo en bicicleta. Aún llevaba el aire acondicionado en la parte de atrás. Al llegar jugamos guitar hero un rato y luego apareció por ahí Felipe, vecino de los chicos, a conversar un rato. Hablamos de política y otras cosas y luego nos echamos a andar.

Dimos un largo paseo por la ciudad esta vez por mucho más tiempo que la vez anterior. Estuve complacido porque nunca llegué a agotarme y fue porque se hacía tarde que tuvimos que volver a la casa. Y aunque al llegar hubo comentarios de que la duración del paseo fue aún menor que la primera vez, yo creo que nacen únicamente de la envidia y mala fe.

Al volver descubrimos que a Felipe se le habían quedado las llaves dentro y ya estaban pensando en llamar a un cerrajero. Al momento Azael, Wendy y yo gritamos "¡tonterías!" y como guayacos que se respetan intentamos buscar una solución. Rápidamente identificamos el llavero descansando sobre un aparador y en menos de 30 segundos ya estábamos pegando con cinta dos palos de escoba y con ellos halamos el llavero hasta la ventana y hacia afuera. Recibimos agradecimientos y la promesa de un helado que luego se cumpliría.

Conversando un rato decidimos que los acompañaría a votar, fue un error. No por estar con mis amigos sino porque les hice perder el tiempo al tomar al menos dos veces el camino equivocado. Era casi hora de comer y no sabíamos con exactitud el lugar donde Wendy votaría. No sé como terminamos por el túnel y tuvimos que dar la vuelta por el centro, todos de mal humor por el hambre y con el armatoste del a/c aún en la cajuela. Cuando finalmente dimos a un lugar cercano nos detuvimos en una picantería y automáticamente dijimos casi en coro "¡Tres encebollados!"

El dueño del local se paseaba con prosa por el lugar, expulsando comentarios sin sentido como una tele prendida. "Qué lindo que canta Juan Gabriel, eso sí, es bien maricón" Eso llamó nuestra atención inmediatamente, miradas cómplices y cejas levantadas llenaron la mesa. "Ese maricón es guapo, para que, hay algunos que son feísimos pero él es bien guapo". La homosexualidad latente de este señor era tan obvia que dejaba de ser latente. Como dato curioso mencionaré que era emelecsista. Hmm.

El ají estuvo power, suficiente para causarme congestión nasal e inmediatamente eliminarla. Salimos del lugar empachados y con destino al lugar de votación. Caminamos por un buen rato y una vez más dimos vueltas extra y terminamos en el lugar donde yo solía votar. A veces es curioso que pienso cosas como "nunca más volveré a ese lugar" y resulta que lo hago ese mismo día y por accidente. Al final dimos con el lugar correcto y en poco tiempo todos los votos fueron hechos. A salir de ahí.

Los dejé en su casa y salí para la mía. Pasé el resto de la tarde trabajando en la computadora y escribiendo un poco. Daniela se quedó dormida y yo aproveché el silencio. A eso de las 4 llegaron mis amigos, dispuestos a una sesión de rol. No teníamos bocaditos así que buscamos entre las sobras y terminamos improvisando algo. Estuvimos jugando hasta las 8 y al rededor de esa hora también pasaron mis suegros devolviéndonos a nuestro hijo, el cual se había quedado por allá cuando Daniela fue a votar. Ah es importante mencionar que mis amigos roleros me ayudaron, no solo a sacar el aire acondicionado del carro, sino también a ponerlo en la pared y sacar el dañado. entre 4 personas fue un paseo el asunto.

El resto de la noche fue tranquila y la hora de dormir fue aproximadamente a las 11:30 pm. Sentí como un alivio político esa noche y me rehusé a ver las noticias, esa noche dormiría sin pesadillas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo también agradecí que se acabara el periodo electoral para tener un poco de calma de vuelta a nuestras vidas. Al parecer estos procesos traen los mismos inconvenientes a lo largo y ancho de Lationamérica, son bastante parecidos por lo que cuentas, pero que bueno que se acabó, por lo menos por 5 años no escucharé de ese tedio.

Abrazos! =)
Andrés ha dicho que…
Es maravilloso ver como todo el país exhala cuando la campaña política se acaba. Y en mi opinión latinoamérica es igualita, tal vez no en banderas pero si en reacciones, sensaciones y lamentablemente abusos. Creo también que el canal Sony nos ha unido más igual que las ridiculeces que hacen nuestros presidentes. Gracias por comentar Hada y abrazos de vuelta para ti.
Freya ha dicho que…
Canal Sony es como el nuevo Simón Bolívar entonces.

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